Es
obvio que existen algunos procesos empresariales que son habituales integrantes
de los Planes de Auditoría, ya que son en los que recaen más dudas sobre la
eficacia de los controles que puedan estar aplicándose, así como por la
trascendencia que para los resultados empresariales tendrán sus resultados.
Entre este grupo “selecto” de procesos, entiendo que se encuentra el de
compras, el cual, de una u otra manera, es, además, de los que está presente,
con mayor o menor entidad, en cualesquiera organización.
Para
comenzar con la planificación y programación de estas auditorías, lo primero
que entendemos deberíamos definir, como también sucede en cualquier otro
proceso a supervisar, es su alcance, aspecto que en el proceso de compras se
refiere al ámbito de verificación que vayamos a realizar, es decir: de forma
preventiva sobre la forma de resolver los concursos, pedidos o adjudicaciones,
y/o correctivo, verificando si se han cumplido por parte de los proveedores las
condiciones establecidas en el contrato, respecto a: precios, plazos de
entrega, descuentos por volúmenes pactados, calidad del producto, abono de
penalizaciones, etcétera. Veamos ambas opciones.
En
la fase preventiva, es decir la que cubriría todas las actuaciones hasta que se
adjudique el contrato, lo primero que tendríamos que verificar es si los
“pliegos de condiciones” elaborados para entregar a los posibles oferentes, son
completos y definen con claridad las
características de los bienes o servicios a adquirir. Otro aspecto importante
es que deben recoger el plazo máximo de entrega de las ofertas y la forma de
presentarlas (en sobre cerrados, vía e-mail, …) y la persona o Unidad en donde
deben presentarse.
Una
vez verificados estos aspectos, lo que se hace imprescindible es comprobar si
el catálogo de proveedores empleado está actualizado, recogiendo en él las
distintas alternativas que el mercado ofrezca respecto de las necesidades de la
organización. En nuestra opinión este capítulo es determinante para la eficacia
del proceso de compras, puesto que un catálogo de Proveedores/Suministradores
poco dinámico y con renovaciones poco frecuentes, es garantía de compras no
optimizadas.
A
continuación lo que se debería comprobar es si la solicitud de ofertas a los
proveedores ha sido amplia, o solo a los dos o tres proveedores habituales. De
ser esta restringida tampoco estaríamos ante una buena práctica, pues ello nos
impedirá conocer si hay alternativas más interesantes.
Comprobados
estos aspectos cuantitativos, debemos verificar el proceso realmente seguido
para la resolución del concurso/ pedido o adjudicación. Para ello es preciso
que analicemos, respecto de la muestra que hayamos seleccionado, las ofertas
realmente recibidas, su adecuación a los pliegos de condiciones distribuidos, y
las condiciones ofertadas, tanto en precios, calidades y servicios ofrecidos.
Aspecto este último de gran importancia, pues la adjudicación no debería
efectuarse solo por el precio ofrecido, pues este debe ser ponderado con los
otros atributos comentados, la calidad y los servicios ofrecidos
(mantenimientos, garantías, entrega del material en su fábrica o en obra, etc).
Para terminar comprobando si la adjudicación se ha realizado a la oferta
globalmente más interesante, y por la/s persona/s con capacidad para ello.
Verificados estos aspecto creo que ya podríamos emitir un primer informe sobre
las características observadas, y aportando las oportunidades de mejora que se
hayan evidenciado.
Pero,
como ya hemos comentado anteriormente, el proceso de compras es más amplio que
el que acabamos de resumir, pues faltaría por supervisar si los proveedores han
cumplido las condiciones de las ofertas recibidas y adjudicadas. En este ámbito
de actuación es importante comprobar si los pliegos de condiciones elaborados
por las áreas solicitantes de los bienes y/o servicios son realistas,
incluyendo solo las “exigencias” que sean precisas, o son muy ambiciosos,
requiriendo más de lo estrictamente preciso. Como ejemplo de lo que estamos
contemplado, podríamos preguntarnos, si el caso lo permitiese, si es precisa la
vigilancia las 24 horas, la recepción de los materiales pedidos en menos de 24
horas, la distribución incluso en días festivos, y así un sinnúmero de
ejemplos.
Volviendo
a la respuesta realmente efectuada por los Proveedores o Suministradores, lo
que deberemos hacer es confirmar que lo entregado/construido se ajusta a lo
contratado, para lo cual lo primero que tendríamos que solicitar a los
responsables de la aceptación de los
servicios prestados o materiales u obras entregadas, es que nos
faciliten el “acta de aceptación” elaborado, interesándonos en conocer el
proceso realmente seguido, sacando las conclusiones que procedan. Pero también
verificando que se han aplicado las “penalizaciones” que por incumplimientos
del proveedor hubiese que exigir, así como los descuentos por volumen que, en
su caso, se hubiesen devengado. No olvidando de comprobar que la facturación
emitida por el Proveedor, y atendida por la Organización, se ajusta a los
términos del contrato.
En
resumen el proceso de compras, desde nuestro punto de vista abarca no solo la
elección del Proveedor y la emisión del pedido o firma del contrato, pues es
mucho más amplio, incluyendo en él la verificación de lo que nos han entregado
se ajusta a lo solicitado y pagado. Sinceramente creo que establecer el alcance
de la auditoría con esta extensión, aportará múltiples beneficios a las
organizaciones, que espero compartan.
Jesús
Aisa Díez
7 de julio de 2013
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